sábado, 17 de noviembre de 2012

A 20 años del caso Barreda

*Por María Florencia Actis, Observatorio de Medios con Perspectiva de Género (FPyCS, UNLP)

    El caso Barreda conmovió la opinión pública y suscitó una respuesta social dicotómica, entre quienes con exaltación justificaban y quienes no, la actuación del femicida. La imagen socavada y desmoralizada del “pater familia” que convivía con humillaciones verbales y era sometido por un clan de mujeres a efectuar los quehaceres del hogar, no sólo fecundó mensajes de condolencia hacia el odontólogo y hasta una reconocida banda de punk rock compuso la canción “Barreda´s Way” como gesto de apoyo, sino que también reabrió el debate de la violencia de género “al revés”.
 La reconstrucción periodística pormenorizada, y hasta ficcional, de la relación de cotidianeidad entre Barreda y su familia y la persistencia del caso en los medios, operó durante mucho tiempo como biombo que nubló la magnitud de la violencia de género, entendida como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad”[1] 
Esta categoría emerge ante estadísticas en alza que reflejan una realidad plagada de múltiples formas de dominio sobre la vida de las mujeres. Que no existen relevamientos numéricos ni tampoco un nombramiento específico que n uclee las violencias que sufren los varones “por ser varones”, radica en que la existencia empírica de situaciones de esta naturaleza son ocasionales y cuando acontecen, los medios de prensa dedican páginas completas al análisis de ésas historias, en algunos casos, consultando a  fuentes “expertas en el tema” como psiquiatras y sociólogos/as.
Sin duda, el caso Barreda constituye no sólo un antecedente icónico entre los casos de femicidios, por el amarillismo que impregna, la toma de posición de la sociedad civil, la lucha que significó para el movimiento de mujeres, teniendo en cuenta las condiciones históricas, interpelar a la sociedad de la dimensión del hecho; sino también resulta un antecedente fundamental a partir del cual se popularizó la figura de crimen pasional central en las interpretaciones mediáticas.






[1] Declaración de la ONU sobre Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, aprobada el 20 de diciembre de 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas

No hay comentarios:

Publicar un comentario