(nopublicable.blogspot.com.ar)
En su disertación (parada, como habla para expresar con todo su cuerpo lo que siente), agradeció la distinción de la Facultad por ser “la primera vez que me reconocen el trabajo de reflexión y de pensamiento” sin “hablar como una puta alimentando el morbo”. Así, sin esquivar las palabras que muchas veces se evitan en determinados ámbitos, Sonia se plantó ante un auditorio expectante y luego, conmovido.
Sobre su libro, que reproduce con esfuerzo desde 2007, contó que comenzó a escribirse cuando tomó el micro de larga distancia hacia la gran ciudad. “`Ninguna mujer nace para puta´ estaba escrito en mi piel, solo tenía que ponerlo en papel”, asegura Sonia, para quien la lucha es “contra la prostitución”.
En otro tramo de su intervención, contó su experiencia dentro de las dos “organizaciones que nuclean a las putas en Argentina: Ammar CTA que dice que la prostitución es trabajo y Ammar Capital, que habla de mujeres en situación de prostitución”. Y reflexionó sobre su propia experiencia que le permitió alejarse de toda institución y pensarse por primera vez como una mujer con voz propia.
“Yo alquile bien caro esas putas identidades, hasta que un día pude parar y pensarme y ahí entré en shock; y me vi la puta de todas y todos. Fue fuerte, pero me ayudó a nombrar las cosas por su verdadero nombre y eso es lo que hago: yo comunico nombrando las cosas por su verdadero nombre”, destacó.
Sonia se reconoció, además, como una “luchadora contra la prostitución, absolutamente abolicionista” y cuestionó el tratamiento de los medios de comunicación sobre la prostitución y la trata (un término al que se opone por considerar que fue “introducido en el 2000” para nombrar algo que existe “desde que Colón llegó a América”).
“Desde los medios lo tratan de una manera de `seguir sosteniendo´. Cuando invitan a la puta la llevan para alimentar el morbo, o sino llevan a la puta sindicaliza para decir que es un trabajo. Pero por supuesto que mi voz rebelde y desobediente cuesta ponerla ahí, porque yo no me caso con nadie y creo que todos somos cómplices de que exista una sola puta”, concluyó.
Por Daniela Giannatasio
Integrante del Observatorio de Medios con Perspectiva de Género
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