El quehacer del Observatorio de Género complementa desde lo investigativo y académico una praxis que fue adquiriendo cuerpo y significado sensible y de vigilancia ante las distintas caras de la violencia machista que nos atraviesa a todas, que me atraviesa cotidianamente. El observatorio fue y es un nuevo espacio que me encuentra y encuentro donde continuar problematizando y produciendo colectivamente estrategias para mostrar lo que pasa con las subjetividades y cuerpos femeninos en el discurso de los medios. “Lo mediático” es otra dimensión de análisis, con criterios, herramientas y condiciones de producción propias que la práctica del observatorio favorece a desagregarlas, sistematizarlas y establecer otras narrativas posibles sobre los hechos de violencia. A esta parte fuimos adquiriendo el training en lo que respecta a mirar medios con perspectiva de género, a consumir medios críticamente en esta dirección, a trabajar en equipo, a compartir el material monitoreado, las reflexiones y dudas que van surgiendo. Queda superar la instancia crítica y construir un discurso periodístico propio que dispute en igualdad de condiciones la cobertura mediática hegemónica. También falta seguir fortaleciendo grupalmente nuestra formación en el tema intercambiando bibliografía, creando seminarios de lectura, debate y conceptualización. Veo en el observatorio de género una oportunidad de generar la ruptura del lenguaje entre una voz prestada y una voz propia, documentar la violencia estructurada y estructurante de la realidad de las mujeres desde el discurso de las propias mujeres. Veo un espacio de investigación fundamental para toda facultad de comunicación que pretenda democratizar el derecho a la palabra.
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