viernes, 18 de mayo de 2012

Asignatura pendiente: el problema de los abusos sexuales



    “Detuvieron a un Wachiturro por una denuncia de abuso”, fue el titular de Clarín en la mañana del lunes 7 de mayo, y encabezados similares en páginas de otros medios nacionales y locales, introdujeron en la agenda semanal el hecho acaecido en la ciudad santiagueña de Termas de Río Hondo.
     Si bien la descripción de la escena del abuso y posterior repercusión manifiesta coincidencias entre los distintos diarios, se han respetado líneas políticas y estilísticas propias.
    En los entretelones de la “indiferente” división de temas por secciones, se pone en evidencia la voluntad de ponderar sucesos de la realidad, construyendo noticias de mayor o menor jerarquía. Perfil al ubicar la nota en el suplemento de Espectáculos llamado Excitoína, se basó en la centralidad del personaje implicado y no en el contenido de la acción para clasificar –anteponiendo el quién al qué-. Clarín acostumbra a publicar las notas sobre abusos sexuales, al igual que todas las que respectan a violencia de género, en su sección de Policiales; y ésta no fue la excepción. El Día compartió la decisión editorial. Aunque se alejen del criterio amarillista de Perfil que desestima al abuso cercándolo como un problema de la farándula, la inclusión en Policiales también lo asocia a un interés específico, “lo criminalístico”, obturando tematizarlo como una situación de trascendencia social. Página/12 fue el único que seccionó en Sociedad la seguidilla de noticias producidas entre el lunes 7 y el viernes 11 de mayo.  En todas las unidades de análisis se registró un sostenimiento y actualización mediática del caso, durante el curso de la semana.
    La construcción de la víctima se realiza por medio de calificativos y testimonios que la enfatizan como una niña –referentes a su edad y atributos como la inocencia, la pureza, la buena intención, la confianza, la admiración por un ídolo-, contrasta con los comentarios de los/as lectores/as. Sospechan un eventual doble discurso de la víctima. Es ella obligada a ratificar su falta de consentimiento y la premisa que refleja la inversión de lógica cuando el acto de violencia sexual es ejercido contra una mujer: “Culpable, hasta que demuestre su inocencia”. “Las adolescentes no son lo que era antes”, aludiendo a la prematura experimentación erótica de las nuevas generaciones de mujercitas y a una nostalgia por la inminente quiebra de los valores que erigieron prácticas culturales como la bien vista desfloración femenina en la noche de bodas.  Otra de las reacciones transversales a los foros en todos los portales fue la “sacada en cara” a la familia de la víctima, por “desatender” los movimientos de la chica, y en especial, a la madre, por faltar a su “instintiva” y personalísima responsabilidad materna.
    En relación al victimario, las menciones en los diarios exaltan su contingente profesión, su apodo, su edad, sus antecedentes, y en el caso de Clarín, penales (una nota exclusiva publicada el día 10 de mayo titula “Revelan que el wachiturro acusado de abuso tendría otra causa por robo”.) No hay un rastreo de posibles antecedentes como machista violento, sino como pibe chorro, ensanchando estigmas mediáticos que recaen en otros sectores sociales de vulnerabilidad.
    Las fuentes empleadas para reconstruir la acción abusiva, están ligadas al entorno de la niña, pero también se da lugar a declaraciones favorables al chico- frases del mismo, de su abogado defensor, de sus fans-.
    Más allá de las últimas novedades judiciales a la luz de un pedido del fiscal y la querella, para suprimir el grado de tentativa del abuso sexual gravemente ultrajante por considerar que se trató de un hecho consumado, el debate sigue verde en el seno de la sociedad. De acuerdo a los ejes troncales de los foros de discusión virtual, falta seriedad en las opiniones públicas, y sobra prejuicio.





 Actis, María Florencia
Integrante del Observatorio de Medios con perspectiva de Género - Facultad de Periodismo y Comunicación Social
Flor17_uni_@hotmail.com




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